Comisiones Obreras de Aragón | 28 marzo 2024.

Aumento de la temperatura en las aulas: propuestas urgentes de CCOO Enseñanza Aragón

    La Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras Aragón hace un llamamiento a las autoridades educativas para que actúen decididamente en la lucha contra los efectos nocivos para el bienestar y la salud del alumnado y del personal de los centros educativos que en nuestro país, cada vez con más frecuencia, sufren los perniciosos efectos del cambio climático.

    14/06/2022.
    calor

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    Desde el 13 al 20 de junio se esperan temperaturas de entre 40 y 43 grados en las provincias de Zaragoza, Huesca y Teruel. El alumnado y el personal de algunos centros educativos deberá asistir a clase, realizar exámenes, impartir docencia o asistir a juntas de evaluación afrontando temperaturas que incumplen los establecido por el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo.

    Hace ya cinco años, en junio de 2017, CCOO advirtió de la necesidad urgente, que ahora lo es aún más, de dotar a la mayor parte de los centros educativos de nuestro país, de los indispensables elementos de refrigeración que son casi inexistentes, algo que no ocurre con casi ningún otro tipo de edificios. Desde el sindicato añaden que “no podemos permitir que nuestros hijos e hijas tengan que acudir a clase a ejercer su derecho a recibir una educación de calidad en condiciones indignas, como son las que se dan en nuestras aulas, cuando las temperaturas pueden alcanzar en su interior valores superiores a los 35º C”. Esto genera, como ya lo ha hecho en años anteriores, situaciones en las que el alumnado tiene que ser atendido por golpes de calor, lipotimias, vómitos, mareos, etc., habiendo sido necesario, en los casos más extremos, la intervención de los servicios de Urgencia de las distintas administraciones sanitarias. Por lo pronto, desde CCOO exigen “que las autoridades educativas sean más ágiles, más decididas, más empáticas y racionales de lo que suelen ser, determinando con carácter urgente e inmediato la entrada en vigor de los horarios de verano para los centros de Infantil y Primaria, y la reducción de la jornada escolar en al menos una o dos horas en los centros de Secundaria, comprimiendo su jornada.”

     

    Añaden desde el sindicato que “la tozudez, la desidia, la falta de respeto y de humanidad y, sobre todo, la más absoluta falta de raciocinio suele guiar las decisiones de unas administraciones educativas que, instaladas en sus confortables despachos provistos de aire acondicionado, son incapaces de comprender lo que supone impartir y recibir clase con las tórridas temperaturas que se generan durante una ola de calor.”

    CCOO Enseñanza insiste en que lo prioritario, y por encima de todo, es el derecho a la salud del alumnado y del personal de los centros educativos. Es decir, en situaciones como estas, excepcionales, deben tomarse medidas igualmente excepcionales y, por lo tanto, al haber sido decretadas en numerosas provincias españolas alertas amarillas y naranjas por altas temperaturas –por parte de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET)–, se deben adoptar medidas tendentes a paliar el impacto en la labor docente y en las condiciones de salud e higiene del alumnado y del personal de los centros educativos.  Algunas medidas son sencillas de implementar, como por ejemplo autorizar la realización de juntas de evaluación docente de manera online para evitar la exposición a esas altas temperaturas de la tarde a lo largo de esta semana.

     

    CCOO solicita a la Administración educativa aragonesa que, ante situaciones de este tipo, se permita a los centros, en base a su autonomía organizativa y en función de sus características específicas (ubicación geográfica, orientación, tipología constructiva, existencia o no de elementos de refrigeración, etc.) y etapas a las que imparte enseñanza, adoptar medidas tendentes a paliar los efectos de esta ola de calor, garantizando la salud y el bienestar del personal de los centros educativos y del alumnado. 

     

    Desde CCOO le recuerdan a la administración educativa que el Real Decreto 486/1997, de 14 de abril, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud en los lugares de trabajo, y que es de aplicación y de obligado cumplimiento en todos los centros de trabajo, sin excepción. Por lo tanto, los centros educativos estarían englobados en los centros en cuyos locales se realizan trabajos sedentarios, propios de oficinas o similares, y las temperaturas, por tanto, deben estar comprendidas entre los 17º y los 27º C. Teniendo en cuenta que en cientos de centros educativos de nuestro país en las aulas en estos días se están superando los 30 y hasta 35 grados, se hace urgente una respuesta rápida, ágil y clara de todas las administraciones educativas que vayan en la línea de lo dicho con anterioridad, es decir, la suspensión de las clases mientras persista esta alerta por altas temperaturas, según las características del centro. Eso sí, con las salvedades oportunas que pueden tener que ver con la asistencia a exámenes que pueden concentrarse a primeras horas del día, u otras que no supongan un riesgo evidente.

     

    Pero este asunto tiene una dimensión más a largo plazo y que tiene que ver con la realidad incuestionable del cambio climático. Por lo tanto, este caso puntual que se ha producido de manera excepcional en estas fechas de finales de curso, en mayo, será una tendencia cada vez más real y persistente en los próximos años, como así apuntan todos los datos científicos. Por lo tanto, urge abordar un plan nacional para adaptar los centros escolares a estas nuevas realidades. No tiene ningún sentido que todos los edificios de oficinas, los centros comerciales, el resto de los edificios oficiales (ministerios, consejerías, ayuntamientos, etc.) cuenten con aparatos de aire acondicionado, mientras que los lugares en los que estudian niñas y niños (que junto con los adultos mayores son el grupo de población más propenso a sufrir golpes de calor) no dispongan de ellos. Pero en aras de ser coherentes con los retos que nos pone el cambio climático, desde CCOO exigen que una parte de los fondos europeos de resiliencia, o cualesquiera otras partidas, se destinen no solo a instalar aparatos de refrigeración en los centros educativos, sino que, además, se dote a estos de los necesarios elementos de generación eléctrica fotovoltaica para que el aumento del consumo no repercuta en la factura de los depauperados centros escolares y para que esto sea un elemento más de la lucha contra el cambio climático.